miércoles, septiembre 05, 2007

Ambroise Bierce Fábulas fantásticas


Compensación

Dos Mujeres en el paraíso reclamaban a un Hombre que acababa de llegar.
-Yo fui su esposa -dijo una.
-Yo su amante -señaló la otra.
San Pedro le dijo al hombre:
-Baja al Otro Lugar... Ya has sufrido bastante.


Un paralelo radical

Unos Cristianos Blancos empeñados en expulsar a los Paganos Chinos de una ciudad americana, encontraron un periódico publicado en Pekín en idioma chino, y obligaron a una de sus víctimas a traducir un editorial. Resultó ser un llamado al pueblo de la provincia de Pang Ki, a expulsar a los demonios extranjeros del país, y quemar sus casas e iglesias. Esta evidencia de la barbarie mongólica encolerizó tanto a los Cristianos Blancos, que llevaron a la práctica su proyecto original


Un Imbécil atroz

Dijo un Juez a un Asesino Convicto: "Acusado, ¿tiene usted algo que decir por lo cual no se le debe dictar sentencia de muerte?".

"¿Aquello que yo diga podrá establecer alguna diferencia?" preguntó el Asesino Convicto.

"No veo como podría hacerlo", contestó el Juez, luego de reflexionar. "No, no lo hará".

"Entonces", dijo el condenado, "debo tan solo recalcar que es usted el más atroz viejo imbécil que existe en Siete Estados y el Distrito de Columbia".


El ladrón penitente

Un Muchacho a quién su Madre le enseñó a robar se transformó y fue funcionario profesional público. Un día lo encontraron con las manos en la masa y lo condenaron a morir. Al ir hacia su ejecución pasó al lado de su Madre y le dijo:

"¡Contempla tu obra! Si no me hubieras enseñado a robar no hubiera llegado a esto". "¡Caramba!" Dijo la Madre. "¿Y quién te enseñó a ser apresado?".


Continuará...

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