sábado, junio 23, 2007

El Verdugo Arthur Koestler


Cuenta la historia que había una vez un verdugo llamado Wang Lun, que vivía en el reino del segundo emperador de la dinastía Ming. Era famoso por su habilidad y rapidez al decapitar a sus víctimas, pero toda su vida había tenido una secreta aspiración jamás realizada todavía: cortar tan rápidamente el cuello de una persona que la cabeza quedara sobre el cuello, posada sobre él. Practicó y practicó y finalmente, en su año sesenta y seis, realizó su ambición.
Era un atareado día de ejecuciones y él despachaba cada hombre con graciosa velocidad; las cabezas rodaban en el polvo. Llegó el duodécimo hombre, empezó a subir el patíbulo y Wang Lun, con un golpe de su espada, lo decapitó con tal celeridad que la víctima continuó subiendo. Cuando llegó arriba, se dirigió airadamente al verdugo:
-¿Por qué prolongas mi agonía? -le preguntó-. ¡Habías sido tan misericordiosamente rápido con los otros!
Fue el gran momento de Wang Lun; había coronado el trabajo de toda su vida. En su rostro apareció una serena sonrisa; se volvió hacia su víctima y le dijo:
-Tenga la bondad de inclinar la cabeza, por favor

2 comentarios:

Perro Negro dijo...

Vos sabés que adquirí el gusto por leer autobiografías gracias a la excelente "Flecha en el azul" de Koestler,que es impresionante. Gracias a ello leí después otras geniales como la de Rudolph Roker y otras no tan buenas como la de Hochsbawm.

Damián dijo...

La nombran en las contratapas de los libros siempre y nunca la leí. Tendremos que hacer el esfuerzo... La espuma de la tierra es excelente, veremos con esta. Buen dato, se agradece y me pondré en campaña