sábado, junio 30, 2007

Pierre Henry Cami

PIERRE-HENRI CAMI (1884-1958)
Pierre-Henri Cami es uno de los grandes maestros del humor contemporáneo. Destacó como actor, periodista ilustrador, dibujante humorístico; fue muy apreciado por los surrealistas y admirado por Jacques Prévert, Roland Topor y Charles Chaplin, entre otros muchos. Maestro del calambour, dominaba los juegos de palabras y el absurdo era el verdadero protagonista de sus obras. Es el creador de un estilo humorístico surrealista que veremos después en muchos autores franceses, como Jacques Prévert, Eugène Ionesco, o Pierre Desproges.

Para muestra, dejo este cuento corto...


Historia de un joven celoso

Había una vez un joven que estaba muy celoso de una muchacha bastante voluble.
Un día le dijo:
-Tus ojos miran a todo el mundo.
Entonces, le arrancó los ojos.
Después le dijo:
-Con tus manos puedes hacer gestos de invitación.
Y le cortó las manos.
“Todavía puede hablar con otros”, pensó. Y le extirpó la lengua.
Luego, para impedirle sonreír a los eventuales admiradores, le arrancó todos los dientes.
Por último, le cortó las piernas. “De este modo -se dijo- estaré más tranquilo”.
Solamente entonces pudo dejar sin vigilancia a la joven muchacha que amaba. “Ella es fea -pensaba-, pero al menos será mía hasta la muerte”.
Un día volvió a la casa y no encontró a la muchacha: había desaparecido, raptada por un exhibidor de fenómenos

miércoles, junio 27, 2007

Charles Lutwidge Dodgson El sueño del rey


O Lewis Caroll, más conocido por su seudónimo. Afecto al láudano, dejamos este humilde relato...

-Ahora está soñando. ¿Con quién sueña? ¿Lo sabes?

-Nadie lo sabe.

-Sueña contigo. Y si dejara de soñar, ¿qué sería de ti?

-No lo sé.

-Desaparecerías. Eres una figura de su sueño. Si se despertara ese Rey te apagarías como una vela.

Relatos (Sudamericana)

sábado, junio 23, 2007

El Verdugo Arthur Koestler


Cuenta la historia que había una vez un verdugo llamado Wang Lun, que vivía en el reino del segundo emperador de la dinastía Ming. Era famoso por su habilidad y rapidez al decapitar a sus víctimas, pero toda su vida había tenido una secreta aspiración jamás realizada todavía: cortar tan rápidamente el cuello de una persona que la cabeza quedara sobre el cuello, posada sobre él. Practicó y practicó y finalmente, en su año sesenta y seis, realizó su ambición.
Era un atareado día de ejecuciones y él despachaba cada hombre con graciosa velocidad; las cabezas rodaban en el polvo. Llegó el duodécimo hombre, empezó a subir el patíbulo y Wang Lun, con un golpe de su espada, lo decapitó con tal celeridad que la víctima continuó subiendo. Cuando llegó arriba, se dirigió airadamente al verdugo:
-¿Por qué prolongas mi agonía? -le preguntó-. ¡Habías sido tan misericordiosamente rápido con los otros!
Fue el gran momento de Wang Lun; había coronado el trabajo de toda su vida. En su rostro apareció una serena sonrisa; se volvió hacia su víctima y le dijo:
-Tenga la bondad de inclinar la cabeza, por favor

sábado, junio 16, 2007

El gesto de la muerte Jean Cocteau


Un joven jardinero persa dice a su príncipe:
-¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahan.
El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:
-Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?
-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan.

martes, junio 12, 2007

Pierre Reverdy Cara a cara


Se adelanta y la rigidez de su paso tímido traiciona su aplomo. Las miradas no abandonan sus pies. Todo lo que brilla en aquellos ojos, de donde brotan malos pensamientos, alumbra su caminar titubeante. Va a caerse. En el fondo del salón una imagen conocida se yergue. Su mano tendida va hacia la suya. Ya no ve sino aquello; pero de pronto tropieza sobre si mismo.


Versiones de surrealismo (César Moro)

lunes, junio 04, 2007

Guillaume Apollinaire Renanas

Mi vaso está lleno de vino tembloroso como una llama
Escuchad la canción lenta de un marinero
Que cuenta haber visto siete mujeres
Peinar sus cabellos verdes y largos hasta sus pies

De pie cantad más alto bailad en raudo corro
Que no se oiga mas el canto de los marineros
Y acercarme todas las mozas rubias
De mirada inmóvil y recogidas trenzas

El Rin está borracho donde se reflejan las viñas
Todo el oro nocturno y tiembla en sus aguas
La voz no cesa de cantar
A esas hadas de cabellera verde que encanta el estío

Mi vaso se ha quebrado como la brusca risa.

sábado, junio 02, 2007

Paul Éluard

EL ESPEJO DE UN MOMENTO

Disipa el día,
Muestra a los hombres las imágenes desligadas de la apariencia,
Quita a los hombres la posibilidad de distraerse,
Es duro como la piedra,
La piedra informe,
La piedra del movimiento y de la vista,
Y tiene tal resplandor que todas las armaduras y todas las máscaras
quedan falseadas.
Lo que la mano ha tomado ni siquiera se digna tomar la forma
de la mano,
Lo que ha sido comprendido ya no existe,
El pájaro se ha confundido con el viento,
El cielo con su verdad,
El hombre con su realidad.

Traducción: Aldo Pellegrini