lunes, octubre 29, 2007

Charles Bukowski Cartas de un viejo indecente

Hola, Sr. Corrington:
Bien, a veces ayuda recibir cartas como la tuya. Ya son dos. Un joven de San Francisco escribió diciéndome que algún día habrá quien escriba libros acerca de mí, si esto podrá ayudar en algo. Bueno, no estoy en busca de ayuda, o paz tampoco, y no estoy tratando de ser pesado. Pero yo solía jugar un juego conmigo mismo un juego llamado isla desierta, y mientras estaba tirado en la cárcel, en la clase de arte o caminando hacia la ventanilla de diez dólares en las carreras, me preguntaba, Bukowski, si tú estuvieras en una isla desierta, tú solo, y nunca ser encontrado excepto por pájaros y gusanos, ¿tomarías una vara y rascarías palabras sobre la arena? Yo tenía que decir no, y por un rato esto resolvía un montón de cosas, y me dejaba seguir adelante y hacer un montón de cosas que yo no quería hacer, y me alejaba de la máquina de escribir y me ponía en el pabellón de caridad del hospital municipal, la sangre corriendo fuera de mis oídos, de mi boca y de mi culo, y ellos ahí esperando a que yo muriese, pero nada pasaba. Y cuando salía me preguntaba otra vez, Bukowski, si estuvieras en una isla desierta y etc; y sabes pienso que era que la sangre había abandonado mi cerebro, o algo, y yo decía ,sí, sí, yo tomaría una vara y rascaría palabras sobre la arena. Bueno, esto solucionaba un montón de cosas porque me permitía seguir adelante y hacer las cosas, todas las cosas que no quería hacer, y me dejaba tener la máquina de escribir también; y desde que ellos me dijeron que un trago más me mataría, ahora le he bajado a dos galones de cerveza al día.
Pero la escritura, por supuesto. cómo el matrimonio, la caída de la nieve o las llantas de los autos, no siempre perdura. Tú puedes ir a la cama el miércoles en la noche siendo un escritor y despertar el jueves por la mañana y ser otra cosa totalmente diferente. O puedes irte a la cama el miércoles por la noche siendo un plomero y despertar el jueves por la mañana siendo un escritor. Éste es el mejor tipo de escritores… Muchos de ellos mueren. claro. Por sus arduos intentos; o por otro lado, porque se vuelven famosos y todo lo que escriben es publicado y ya no tienen que buscar más. La muerte tiene muchas avenidas y si a pesar de todo tú dices que mi material te gusta, quiero que sepas que si se vuelve roto, no será porque trate demasiado duro o muy poco, sera porque me quedado, o sin cervezas o sin sangre.
Para lo que sirva, puedo permitirme esperar: Tengo mi vara y tengo mi arena.

Carta A Jon Webb, 4 de Septiembre de 1962.

domingo, octubre 28, 2007

jueves, octubre 25, 2007

Anibal Troilo - Pichuco

El Gordo Triste

Por su pinta poeta
de gorrión con gomina;
por su voz que es un gato
sobre ocultos platillos,
los enigmas del vino
le acarician los ojos,
y un dolor le perfuma
la solapa y los astros.
Grita el águila taura
que se posa en sus dedos
convocando a los hijos
en la cresta del sueño:
a llorar como el Viento,
con las lágrimas altas!
a cantar como el Pueblo,
por milonga y por llanto!
Del brazo de un arcángel y un malandra,
se va con sus anteojos de dos charcos
a ver por quién se afligen las glicinas.
Pichuco de los puentes en silencio.
Por gracia de morir todas las noches,
jamás le viene justa muerte alguna.
Jamás le quedan flojas las estrellas...
Pichuco de la misa en los mercados.
De qué Shakespeare lunfardo
se ha escapado este hombre
que en un fósforo ha visto
la tormenta crecida;
que camina derecho
por atriles torcidos,
que organiza glorietas
para perros sin luna?
No habrá nunca un porteño
tan baqueano del alba,
con sus árboles tristes
que se caen de parado.
Quién repite esta raza
de uno sólo,
y de uno.
Pero, quién la repite
con laburos y todo?
Por un aristocracia arrabalera,
tan solo ha sido flaco con él mismo;
también el Tiempo es gordo,
y no parece...
Pichuco de las manos como patios.
Y ahora que las aguas van más calmas
y adentro de su fueye cantan pibes,
recuerde, sueñe y viva,
Gordo lindo,
amado por nosotros.
Por nosotros.
Amado gordo hermano,
Aníbal Carmelo Troilo (Pichuco)

Horacio Ferrer

miércoles, octubre 17, 2007

17 de Octubre de 1945


Todos los tranvìas
llevan a Peròn...

lunes, octubre 15, 2007

Michel Foucault



15 de Octubre de 1926


26 de Octubre de 1984


"las relaciones de poder no deben ser consideradas de una manera un poco esquemática, como: de un lado están los que tienen el poder y del otro los que no lo tienen. Aquí un cierto marxismo académico utiliza frecuentemente la oposición clase dominante:ase dominada, discurso dominante/ discurso dominado, etc. Ahora, en primer lugar, ese dualismo nunca será encontrado en Marx, en cambio sí puede ser encontrado en pensadores reaccionarios y racistas como Gobineau, que admiten que en una sociedad hay dos clases, una dominada y la otra que domina. Usted va a encontrar eso en muchos lugares pero nunca en Marx porque en efecto Marx es demasiado astuto como para poder admitir esto; él sabia perfectamente que lo que hace la solidez de las relaciones de poder es que ellas no terminan jamás, que no hay de un lado algunos y de otro lado muchos; ellas la atraviesan en todos lados; la clase obrera retransmite relaciones de poder, ejerce relaciones de poder. El hecho de que usted sea estudiante implica que ya está inserto, es una cierta situación de poder; yo, como profesor, estoy igualmente en una situación de poder, estoy en una situación de poder porque soy hombre y no una mujer, y el hecho de que usted sea una mujer implica que está igualmente en una situación de poder, pero no la misma, todos estamos en situación, etc. Bien, si de cualquier persona que sabe algo podemos decir «usted ejerce el poder», me parece una crítica estúpida en la metida en que se limita a eso. Lo que es interesante es, en efecto, saber cómo en un grupo, en una clase, en una sociedad operan mallas de poder, es decir, cuál es la localización exacta de cada uno en la red del poder, cómo él lo ejerce de.nuevo, cómo lo conserva, cómo él hace impacto en los demás, etc"




Revista Anarquista Barbarie (Brasil, conferencia sobre las redes de poder)

lunes, octubre 08, 2007

8 de Octubre






1895. Nace Juan Domingo Perón

1917. León Trotsky es nombrado Presidente del Soviet Supremo.

1967. Muere Ernesto Guevara de la Serna

lunes, octubre 01, 2007

Conversación con el Borracho



Cuando a cortos pasos salí de la puerta de calle fui tomado de sorpresa por el cielo con luna y estrellas y gran bóveda y por la plaza de armas con ayuntamiento, imagen de María e iglesia.Salí tranquilamente de la sombra hacia la luz de la luna, me desabotoné el sobretodo y me calenté; luego, levantando las manos, hice callar el ruido de la noche y comencé a reflexionar:—Pero qué es eso, hacéis como si existierais realmente. ¿Queréis hacerme creer que yo soy irreal, parado aquí cómicamente sobre el pavimento verde? Pero, con todo, hace ya mucho tiempo que eras real, ¡oh cielo!—, y tú, !plaza de armas, nunca has sido real.—Es cierto, seguís siendo superiores a mi; pero sólo cuando los dejo en paz."—A Dios gracias, luna, ya no eres luna; pero quizá es descuido de mi parte que a ti, la llamada luna, te siga llamando luna. Por qué ya no eres tan soberbia si te llamo "olvidado farol de papel con un color raro". Y por qué te retiras casi del todo si te llamo 'imagen de María', y ya no reconozco tu actitud amenazadora, imagen de María, si te llamo 'luna que proyecta luz amarilla'.""Pero parece real que no os hace bien si se reflexiona sobre vosotros; perdéis valor y salud"."Oh Dios, ¡qué ventajoso tiene que ser que el que reflexiona aprenda del borracho!""Por qué se ha quedado todo quieto. Creo que ya no hay viento. Y las casitas, que frecuentemente ruedan sobre la plaza como si estuvieran montadas sobre pequeñas ruedas, se han quedado bien fijas. Quieto... Quieto... No se ve la línea delgada, negra, que otrora las separaba del suelo".Y me puse en movimiento. Y caminé sin obstáculo tres veces alrededor de la gran plaza, y como no encontré a ningún borracho, caminé, sin disminuir la velocidad y sin sentir cansancio, hacia la calleja Karl. Mi sombra se movía, con frecuencia más pequeña que yo, juntó a mi sobre la pared, como si estuviera en un desfiladero entre el muro y el fondo de la calle.Cuando pasé delante del edificio de los bomberos oí un ruido que venía de la pequeña plaza de armas, y cuando doblé por ahí vi a un borracho que estaba parado junto a la reja de la fuente: tenía los brazos levantados horizontalmente y golpeaba la tierra con los pies, que estaban calzados con pantuflas de madera.Primero me quedé parado, para hacer que mi respiración se tranquilizara; después fui hacia él, me quité la galera de la cabeza y me presenté:"Buenas noches, delicado caballero, tengo veintitrés años, pero todavía no tengo nombre. Pero usted viene seguramente con un nombre asombroso y hasta cantable de esta gran ciudad que es París. El olor totalmente antinatural de la resbaladiza corte de París lo envuelve a usted"."Usted ha visto seguramente con sus ojos coloreados a esas grandes damas que ya están sobre las elevadas y luminosas terrazas, dándose vuelta irónicamente sobre su delgado talle, mientras que la punta de la pintada cola de su vestido, extendida también sobre la escalera, permanece todavía sobre la arena del jardín.""No es cierto; sobre largas vigas, repartidos por todas partes suben sirvientes vestidos de fraques grises de atrevido corte y pantalones blancos, las piernas puestas alrededor de las vigas, pero el tronco a menudo echado hacia atrás y al costado; pues tienen que levantar con cuerdas gigantescos lienzos grises y tenderlos en lo alto, porque la gran dama desea una mañana nublada". Como él eructó, dije yo casi espantado: "¿Realmente, es cierto, viene usted de nuestro París, del tempestuoso Paris, ay, de esta entusiasta granizada?" Cuando él volvió a eructar dije confundido: "Lo sé, es para mí un gran honor". Y me abotoné el sobretodo con rápidos dedos; luego hablé con fervor y timidez:"Ya sé, usted no me considera digno de una respuesta; pero yo habría tenido que pasar una vida lamentable si no lo hubiera interrogado hoy día.""Le ruego, elegante señor, es cierto lo que se me ha contado. ¿Hay en París gente que sólo consta de trajes adornados, y hay allí casas que meramente tienen portales, y es cierto que en los días de verano el cielo es fugitivamente azul, embellecido sólo por comprimidas nubecillas blancas, todas las cuales tienen la forma de corazones? ¿Y hay allí un gabinete de figuras de cera con gran concurrencia, en el cual se encuentran sólo árboles con los nombres de los más famosos héroes, criminales y enamorados, en pequeños letreros que cuelgan?""¡Y luego esta noticia! ¡Esta noticia manifiestamente falsa!""No es cierto: estas calles de París se han ramificado súbitamente; están intranquilas, ¿no es cierto? No siempre está todo en orden, ¡cómo iba a ser posible! Ocurre de pronto un accidente; la gente se junta, procedente de las calles laterales, con el paso propio de las grandes ciudades, que sólo toca un poco el pavimento; a causa de la decepción todos sienten curiosidad, pero también miedo; respiran rápido y adelantan sus pequeñas cabezas. Pero cuando se tocan entre sí, se inclinan mucho y piden perdón: 'Lo siento... Fue sin intención ... El tumulto es grande, perdone, se lo ruego... Fue muy torpe de mi parte... Lo reconozco. Mi nombre es... Mi nombre es Jerome Faroche, vendedor de especias en la calle du Cabotin... Permítame que lo invite mañana, para almorzar... También mi mujer va a tener un gran gusto... Así hablan, mientras la calleja está ensordecida y el humo de las chimeneas cae entre las casas. Así es. Y sería posible que alguna vez en algún animado bulevar de algún barrio, aristocrático se detuvieran dos coches. Servidores abren seriamente las puertas. Ocho nobles perros siberianos de montaña bajan bailoteando y corren ladrando y dando saltos por la calzada. Y entonces se dice que son elegantes jóvenes parisienses disfrazados."Tenía los ojos firmemente cerrados. Cuando me callé, se puso las dos manos en la boca y se tiró de la mandíbula inferior. Su traje estaba totalmente manchado. Quizá se lo había expulsado de un bodegón y no se daba cuenta todavía de ello.Era quizá esta pausa pequeña, muy tranquila, que hay entre el día y la noche; cuando la cabeza, sin que lo esperemos, cuelga, de la nuca; y cuando todo, sin que lo notemos, se queda quieto porque no lo observamos, y luego desaparece. Mientras nos quedamos solos con el cuerpo doblado nos damos vuelta después; pero ya no vemos nada y ya no sentimos ninguna resistencia del aire; pero interiormente nos aferramos al recuerdo de que a cierta distancia de nosotros hay casas con techos y, a Dios gracias, chimeneas angulosas a través de las cuales la oscuridad penetra en las casas, por la buhardilla hacia las más distintas habitaciones. Y es una suerte que mañana vaya a ser un día en el cual, por increíble que sea, se podrá ver todo.En ese momento el borracho levantó las cejas, de tal manera que entre ellas y los ojos surgió un brillo, y explicó intermitentemente: "Así es, en efecto ... Estoy en efecto con sueño, por eso voy a dormir.. . Tengo en efecto un cuñado en la plaza Wenzel... Voy hacia allí, pues allí vivo, pues allí tengo mi cama... Ahora voy... Sólo que, en efecto, no sé cómo se llama ni dónde vive ... Me parece que lo he olvidado... Pero no importa, porque ni siquiera sé si tengo realmente un cuñado... Ahora voy, en efecto... ¿Cree usted que lo voy a encontrar?Repliqué sin pensar: "Eso es seguro.Pero usted viene del extranjero y su servidumbre no ha de estar en su casa. Permítame que lo lleve."No contestó... Entonces le alcancé mi brazo para que se colgara de él.


Franz Kafka